Fundamos la empresa dos compañeros y amigos, Franscisco Lorenzo y Cayetano Estruga, surgiendo precisamente de la combinación de ‘Lorenzo’ y ‘Cayetano’ el nombre de Lorentano. Años más tarde, con la jubilación de Cayetano y la incorporación de mi mujer Conchita Bermejo y mi hijo Sergio, se convirtió en una empresa 100% familiar. Los primeros años fueron muy duros. En 1992 había una crisis fuerte, similar a la actual, pero con muchas ganas, esfuerzo y confianza en el trabajo y el producto realizado conseguimos sortear esa crisis, y pasar de una pequeña nave de alquiler a la que disponemos actualmente, inaugurada en 2004, siempre con el objetivo de seguir ofreciendo un mejor servicio al agricultor.
Siguieron pasando los años, altibajos y nuevas crisis, manteniéndonos como una empresa familiar que hace tres años creció con un trabajador. Y así, con esa misma ilusión y ganas, queremos seguir afrontando el futuro.